Por: La Huella. Info y fotos: portales La Razón y El Universal MX

La búsqueda de la sostenibilidad en el planeta tiene activa la imaginación de ingenieros, desarrolladores, inventores y equipos de producción en todos los campos de la economía humana. Y la agricultura vuelve a enseñar que, además de alimentarnos, es la base de innovación.

Resulta que el equipo e ingenia de Ford trabaja en el uso de los residuos de olivos para la fabricación de partes de su emblemático Ford Mustang versión actual y eléctrica.

La propuesta, que forma parte del programa de sostenibilidad del gigante automotriz “busca reducir sus residuos y huella de carbono a través de la economía circular. Son una materia prima abundante y renovable, por lo que su aprovechamiento ayudaría a cerrar ciclos de producción local”, detalla en su portal web.

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¿Un Mustang construido con aceitunas?

Por tanto, la multinacional contactó a grandes productores de olivos en España para desarrollar biocompuestos a partir de los huesos (semillas o pepas) de aceituna que podrían utilizarse para fabricar piezas interiores de vehículos como reposacabezas, apoyabrazos y paneles de puertas.

Los portales sostenibles indican que “el uso de biocompuestos como los derivados del olivo tiene múltiples beneficios ambientales. Reutilizan un residuo agrícola en lugar de materias primas vírgenes, se reducen emisiones de CO2 y otros contaminantes asociados a su producción”.

Con este desarrollo se logra desviar, además, residuos de vertederos, con el consiguiente ahorro energético (no hablamos de que supere los de hidrógeno, pero parecido).

Este uso de residuos de olivo como materia prima en la fabricación de autopartes supone un impulso a la economía circular, un modelo económico que promueve el aprovechamiento de recursos disponibles para reducir el impacto ambiental.

Voceros e Ford manifestaron que se pensó en esta alianza con España, porque el país ibérico es el mayor productor mundial de aceite de oliva, con una cosecha anual de más de un millón de toneladas y una extensión de sus cultivos de 2,5 millones de hectáreas.

Esta gran extensión dedicada al cultivo del olivo genera una enorme cantidad de residuos que hasta ahora no se aprovechaban. La incorporación de estos residuos orgánicos a la fabricación de componentes para automóviles es una oportunidad alineada con la sostenibilidad.