Por: La Huella. Fotos y videos: redes sociales, ONG.

El nacimiento del río Tunjuelito en la laguna de Chisacá o Los Tunjos, en la localidad de Sumapaz, parece extractado de otro tiempo. A unas horas de la ciudad dejando atrás la contaminación y el ruido, se encuentra este paraíso ecológico que intenta sobrevivir a la expansión sin control ni planificación de la misma ciudad.

Organizaciones ciudadanas buscan preservar esta fábrica de agua y de ecología, que cuesta mucho creer pierde la vida cuando baja hacia el occidente de la ciudad, debido a las basuras vertidas, los venenos de las curtiembres de San Benito y desechos industriales que impactan al río que cruza por ocho localidades de la capital, para desembocar en el Bogotá.

Para Gonzalo Valdés, de la organización La Montaña Resiste, la localidad es muy hermosa y tienen una riqueza ecológica única que hay que defender, al mencionar a la laguna del Tunjo y el nacimiento del río, el agro parque Los Soches, por ejemplo, y desde donde se puede acceder al cerro Cruz Verde, otro paraje incomparable.

Y es que para Angélica Pinilla el desconocimiento de la realidad y hermosura ecológica de la zona lleva a los turistas extranjeros y a los visitantes colombianos a preguntar dónde está el pueblo de Sumapaz. “Yo me sonrío y los corrijo: Sumapaz es el páramo más grande del mundo”.

Sumapaz: en busca del paraíso perdido

El nacimiento del río Tunjuelito queda en el páramo de Sumapaz. Foto: archivo particular.

Limita al norte con el Alto de los Tunjos, el sitio Bocagrande, con las localidades de Usme y Ciudad Bolívar; al sur, con el Alto de las Oseras, con Cundinamarca y el departamento del Huila; al oriente, con el Alto de las Oseras, los municipios de Une y Gutiérrez, en Cundinamarca y el departamento del Meta. Y al occidente con el Alto de los Juncos, los municipios de Pasca, San Bernardo, Cabrera y Venecia (Cundinamarca) y el departamento del Huila.

Posee microclimas, que van desde los 2.400 metros a los 4.100 metros sobre el nivel del mar y por tanto una gran riqueza en fauna y flora. Se encuentra dividida geográficamente en dos cuencas conocidas como la Cuenca del Rio Blanco y la Cuenca del rio Sumapaz.

Sus vías representan más de 100 kilómetros sin pavimentar y tiene además una red de caminos irregulares, de una extensión aproximada de 238,3 km, cuyas carreteras son destapadas y están cubiertas de recebo, donde las condiciones de inestabilidad dadas por las lluvias son considerables. Por ello, el transporte convencional, como Transmilenio, buses, taxis, no puede llegar.

La Montaña Resiste realiza actividades de cuidado y limpieza en la localidad de Usme como en el Cerro de Cruz Verde.

La historia administrativa de Sumapaz

La localidad número 20 fue creada en 1986 por el Concejo de la ciudad. Es netamente rural y cuenta con algunos centros poblados. No obstante carece de restaurantes, supermercados y tiene pocas tiendas de abarrotes o demás alternativas que permitan un acceso a la alimentación. Por tanto, sus habitantes deben desplazarse hasta Usme pueblo, siendo la primera opción de compra y consecución de los insumos básicos.

Alejandro Pinilla, quien tiene una tienda a donde llegan los volqueteros, transportadores, turistas y vecinos pidiendo una agua de panela para combatir al frío y una empanada para el hambre, afirma que vivir en Sumapaz es muy amañador por la tranquilidad, y porque no hay tanto ruido y contaminación como en la urbe. Lo mismo piensa Angélica, con respecto a las aglomeraciones, y menos ahora en época de pandemia por el Covid 19.

Ahora, en la frontera con Usme, iniciativas como las agrohuertas comunitarias en las mismas casas son posibles, ya que todavía se consiguen lotes, señala Marlon Valdés.

Gonzalo considera que sembrar genera una relación profunda entre el ser humano con la tierra, con la vida y la naturaleza. Por tanto su organización trabaja para que los visitantes de las localidades vecinas y los turistas respeten el páramo, las lagunas y los parajes de Sumapaz. “Esto es educación ambiental”, concluye.

“Aquí no hay WiFi, ni redes sociales; les digo a los que vienen aquí, que la idea es conectarse, pero con ellos mismos”, puntualiza Angélica Pinilla.

Mira este paraíso.