Por: La Huella, Info, fotos y videos: portales y Ecoticias

Los edificios que respiran y almacenan CO2 suenan como algo de ciencia ficción, pero son una realidad gracias a los nuevos materiales de construcción sustentables, como la guata celulosa, un aislante térmico y acústico fabricado a partir de papel y cartón reciclados.

Este material permite crear edificios más ecológicos y eficientes energéticamente. Al estar elaborada con materiales naturales y reciclados, ayuda a reducir la huella de carbono de las construcciones. Además, tiene la capacidad de absorber y almacenar dióxido de carbono, contribuyendo así a mitigar el cambio climático.

Edificios que respiran CO2, chau al aire acondicionado

Además, la guata de celulosa es un material higroscópico, es decir, puede absorber y retener humedad sin alterar sus propiedades aislantes. Esto contribuye a regular la humedad ambiental y mantener un ambiente más cómodo.

La guata de celulosa es un material aislante fabricado a partir de papel reciclado. Se produce triturando papel de periódico, papel de oficina o cartón, mezclándolo con bórax y otros aditivos ignífugos. El resultado es un material similar a la lana de vidrio, pero de origen 100 % reciclado.

Se presenta en forma de copos o bolitas esponjosas que se insuflan en los espacios que se desean aislar. Además, es un aislante térmico y acústico muy eficaz. Su estructura de fibras entrelazadas atrapa el aire, creando millones de pequeñas celdas que impiden el paso del calor y amortiguan el sonido.

También, es permeable al vapor, permitiendo que los muros y techos “respiren”. De ahí el titular de esta noticia, aunque más bien se debe a que son capaces de almacenar su propia contaminación. Para ello, se sirve de una especie de poros internos que contienen los gases y minimizan el efecto isla de calor.

Otro de los valores del desarrollo, es que la guata de celulosa es un excelente aislante térmico, reduciendo de forma significativa la pérdida de calor en los edificios y el consumo energético. Al estar compuesta principalmente de fibras de celulosa, un material orgánico, presenta propiedades aislantes similares a las de los materiales naturales como la lana o el algodón.

A diferencia de los aislantes sintéticos como la fibra de vidrio o el poliestireno, la guata de celulosa es transpirable y permite la difusión del vapor de agua a través de las paredes. Esto evita la acumulación de humedad y la formación de condensaciones, mejorando el confort y la salubridad en el interior de las viviendas.

La guata de celulosa tiene una conductividad térmica muy baja, entre 0.039 y 0.042 W/mK, lo que significa que impide eficazmente el flujo de calor entre el interior y el exterior. Esto se traduce en un importante ahorro energético, ya que se requiere menos energía para calentar o enfriar los espacios interiores. Un paso para dejar de lado los aires acondicionados que demandan energía y producen dióxido de carbono.

Un desarrollo, muy a tono con la ebullición global, en la que está inmerso el planeta...