Por: La Huella. Info, video y fotos: Whatsnew.com y Ecoticias

Primero, hay que explicar que la higroelectricidad, es la energía producida a partir de la humedad y, segundo, que el invento promete, aunque aún está en pleno desarrollo.

Sucede que por esas cosas fortuitas que han construido la ciencia desde siempre, uno de los alumnos del profesor Jun Yao, de la Universidad de Massachusetts (UMass) Amberst, fue el responsable del descubrimiento.

El científico trabajaba con su equipo en un sensor para determinar la humedad del aire. Nada raro. Luego de horas de trabajo, el estudiante había olvidado enchufar el dispositivo y para asombros de todos, el conjunto de tubos microscópicos y nanocables continuó produciendo una señal eléctrica débil. Y el alumno se salvó de la mala nota.

Con la curiosidad de siempre, los estudios continuaron y antes de la pandemia, a inicios de 2020, la universidad reveló el nuevo dispositivo construido por Yao y su equipo, un aparato que utilizaba una proteína natural para producir electricidad de ‘la nada’; bueno, no tan de la nada y sí de la humedad del aire.

Vino lo de rigor y fueron dos publicaciones en revistas científicas de prestigio como Nature, en donde Yao, y su colega, el microbiológico Derek Lovley, explicaron cómo habían creado una máquina con nanocables de proteína cultivados a partir de la batería Geobacter sulfurreducens y le pusieron nombre: Air-gen.

Revelaron que, al conectar electrodos con los finos conductos, de unos micrones de espesor, se produce una corriente eléctrica a partir de la humedad. “La tecnología no era un elemento contaminante y brindaba una solución renovable y low cost generadora de energía incluido en interiores y zonas particularmente secas, como el desierto del Sahara”, manifestó Yao.

Ya en aquel entonces, el objetivo iba más allá y llevaba el invento al mercado, creando dispositivos capaces de abastecer pequeños aparatos electrónicos, como relojes inteligentes, sensores diseñados para monitorizar la salud de sus usuarios o hasta smartphones.

El equipo de Yao publicó un segundo artículo, esta vez en Advanced Materials, donde indicaron que se ha demostrado que casi cualquier material puede transformarse en un dispositivo capaz de captar electricidad a partir de la humedad.

Para conseguirlo han pasado de los nanocables a perforaciones diminutas. La clave reside en la incorporación de nanoporos con un diámetro inferior a 100 nanómetros, menos de la milésima parte de un cabello humano.

“El aire contiene una enorme cantidad de electricidad”, advirtió el profesor Yao, y detalló: “Piensa en una nube, que no es más que una masa de gotas de agua. Cada una de esas gotas contiene una carga y, cuando las condiciones son las adecuadas, la nube puede producir un rayo, pero no sabemos cómo capturar la electricidad de un rayo de manera fiable”.“Lo que hicimos fue crear una nube a pequeña escala construida por humanos que produce electricidad de manera predecible y continua para que podamos cosecharla”, puntualizó.

Las posibilidades de la higroelectricidad son amplias, y van desde las mismas energías renovables, hasta el diseño de determinados dispositivos médicos que demandan cargas bajas y continuas de electricidad, como los marcapasos, por ejemplo.

Conoce la higroelectricidad